Dentro de la UCI del Hospital del Mar de Barcelona: "Vemos a pacientes jóvenes que estaban sanos, y no son uno ni dos"

Una sanitaria coge la mano de uno de los pacientes de la UCI
Una sanitaria coge la mano de uno de los pacientes de la UCI del Hospital del Mar de Barcelona.
Miquel Taverna
Una sanitaria coge la mano de uno de los pacientes de la UCI

Las alarmas no dejan de sonar en la UCI deI Hospital del Mar de Barcelona, y quienes trabajan en ella, tanto profesionales de la salud como personal de limpieza, van continuamente de un lado a otro, ataviados con monos impermeables, batas, gorros, guantes, gafas y doble mascarilla.

Tras casi un año desde que la pandemia de coronavirus llegó a España, los sanitarios y otros trabajadores del hospital continúan trabajando sin descanso para hacerle frente. En mitad de la tercera ola del virus, la UCI vuelve a estar al 100% de ocupación, y prácticamente en su totalidad por pacientes Covid. 

Y al entrar, así lo comprobamos: en el momento de realizar el reportaje, las 20 camas de las que dispone la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital están ocupadas por pacientes con coronavirus, a las que hay que sumar otras 10 de las 15 con las que se ha ampliado el servicio. Además, el centro ya cuenta con cuatro plantas dedicadas a hospitalización convencional por Covid.

Pese a lo que se podría pensar sobre la edad de los ingresados en la UCI, muchos son mayores, sí, pero algunas camas están ocupadas por personas jóvenes, sedadas e intubadas, como la mayoría de los pacientes que se encuentran allí. “Ahora vemos a pacientes súper jóvenes. Ha bajado la media de edad respecto a la primera ola", cuenta Yolanda Díaz, médico adjunta del Servicio de Medicina Intensiva del hospital.

Y estos casos, añade, "no son uno, ni dos, ni tienen patologías previas. Son personas jóvenes sanas de 20, 30 y 40 años, que tienen Covid, un fracaso respiratorio importante y una estancia en UCI larga”.

Sanitarios miran la radiografía de los pulmones de un paciente en la UCI del Hospital del Mar.
Sanitarios ante la radiografía de los pulmones de un paciente en la UCI del Hospital del Mar.
Miquel Taverna

"Cada vez tenemos menos fuerzas"

El descenso en la media de edad de los ingresados en la UCI por Covid es una de las grandes diferencias entre esta tercera ola y la primera. La otra es, tras casi un año sin tregua, el cansancio de los sanitarios: “La primera ola nos pilló desprevenidos, pero estábamos frescos y bien. Ahora, cada vez tenemos menos fuerzas”, señala Díaz.

Cuenta que, pese a que todos los profesionales del centro llevan una gran carga, quienes más lo viven son las enfermeras: “Ellas pasan muchas horas encerradas y con los trajes. Es muy duro”.

“Intentamos disimular nuestro estado mental para no hacer la carga más grande”

Pero además del cansancio físico, existe un gran agotamiento emocional y, ante esta situación, el hospital baraja distintas formas de dar apoyo a sus trabajadores. Sin embargo, Díaz comenta que, en su profesión, no les gusta reconocer que lo que están viviendo les afecta: “Intentamos disimular nuestro estado mental para no hacer la carga más grande”.

Sanitarias ataviadas con el equipo de protección dentro de un box de la UCI donde se encuentra un paciente con Covid-19.
Sanitarias ataviadas con el equipo de protección dentro de un box de la UCI donde se encuentra un paciente con Covid-19.
Miquel Taverna

Y es que, para que la alta ocupación de la UCI no repercuta en los pacientes, "intentas dar más de ti mismo y que los recursos lleguen a todos”, ya que, afirma, están desbordados desde hace tiempo: "Damos un alta y tenemos a dos para ingresar. Estamos al 100%, sí, pero al 100% de 35, que es una capacidad mayor a la habitual".

El aumento de ingresos, asegura, comenzó a notarse a mediados de enero y "evidentemente", está relacionado con la Navidad: "Sabíamos que esto pasaría. Veíamos unas imágenes que dejaban claro que tendrían consecuencias, y así ha sido". 

Los tratamientos efectivos, una actualización "casi diaria"

En uno de los habitáculos, varios sanitarios cuentan hasta tres y giran a un paciente para tumbarlo boca abajo y, así, mejorar su oxigenación, como se viene realizando con algunos pacientes con insuficiencia respiratoria aguda tratados con ventilación mecánica.

Varios sanitarios giran a un paciente para tumbarlo boca abajo en la UCI del Hospital del Mar.
Varios sanitarios giran a un paciente para tumbarlo boca abajo en la UCI del Hospital del Mar.
Miquel Taverna

En cuanto a los tratamientos efectivos para tratar a pacientes con Covid-19, Díaz señala que la actualización es "casi diaria", ya que, un año después, "el virus sigue siendo muy desconocido".

Lo que sí se ha ido conociendo mejor, asegura, son los tratamientos que se daban de entrada y que "no aportan ningún beneficio". Así, al no suministrarlos, se han evitado los efectos secundarios que algunos de éstos producían.

Rehabilitación

Entre medicación, monitorización y todo tipo de cuidados, también hay un paciente que recibe rehabilitación, y es que un ingreso en UCI, afirma Díaz, deja secuelas importantes "tanto a nivel orgánico, como muscular, como respiratorio e, incluso, cognitivo".

Un paciente recibe rehabilitación pasiva en la UCI del Hospital del Mar (Barcelona).
Un paciente recibe rehabilitación pasiva en la UCI del Hospital del Mar (Barcelona).
Miquel Taverna

Por este motivo, "siempre que el paciente lo pueda tolerar, porque hay pacientes a los que, por su estado, no los puedes tocar, se intenta hacer rehabilitación lo antes posible, de forma pasiva al principio y más activa después".

Para ello, y dada su importancia, se ha ampliado el horario y ahora los rehabilitadores pueden acceder a la UCI del centro tanto por la mañana como por la tarde.

Una UCI más humana

El Hospital del Mar tiene en marcha un proyecto de humanización, que comenzó antes de la pandemia, y que tiene la intención de hacer la UCI más amable tanto para pacientes como para familiares.

Díaz cuenta que la llegada del coronavirus provocó al principio todo lo contrario: "En lugar de humanizar la UCI, tuvimos que cerrarla". Pero, aun así, han podido realizar algunas de las iniciativas del proyecto, y una de ellas ha ofrecido imágenes que han dado la vuelta al mundo: la posibilidad de que los pacientes, una vez mejoren, puedan salir a ver el mar.

Éste fue el caso de Isidre, un hombre que llevaba casi dos meses ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital por coronavirus. Tras conseguir abandonarla y pasar a planta, en junio, los sanitarios le sacaron en camilla para que pudiera disfrutar de las vistas al mar.

Isidre, paciente de coronavirus que lleva ingresado casi 2 meses viendo el mar.
Isidre, paciente de coronavirus que lleva ingresado casi 2 meses viendo el mar.
EP

Más recientemente, una madre, Shamaila, se reencontró con su bebé recién nacido tras casi tres semanas ingresada en la UCI por Covid-19. Ella fue ingresada el 4 de enero, embarazada, y, dos días después, se le practicó una cesárea por seguridad. 

El bebé nació bien y, el día 8, fue dado de alta, pero ella tuvo que quedarse ingresada por complicaciones provocadas por el virus. Tres semanas después, Shamaila pudo ver el mar y reencontrarse con su familia y con su bebé gracias a los 'paseos curativos' que ofrece el hospital.

Shamaila, en el momento en el que salió a ver el mar y pudo reencontrarse con su familia.
Shamaila, en el momento en el que salió a ver el mar y pudo reencontrarse con su familia.
Departament de Salut
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